martes, 6 de abril de 2010

RICARDO ROMERO

     Originariamente, esta entrada ha sido publicada con anterioridad  en el Blog de Ricardo Romero como comentario a su vez de la entrada Sin rastro de Lourdes: seis meses desaparecida


     En la bitácora de Ricardo, llamada Historias para contar, y subtitulada La actualidad, según la veo, han sido publicadas hasta la fecha 15 entradas alusivas a la desaparición de Lourdes. Cualquier neófito en este tema puede trazarse una idea perfecta del devenir del caso a lo largo de estos meses pinchando sobre los siguientes enlaces:


     He querido incluir en nuestro blog esta entrada para propiciar un acercamiento de nuestros lectores a la figura de este granadino de 36 años, corresponsal en Almería de Televisión Española,  que no dudó ni un instante cuando sus superiores le dieron a elegir en qué provincia quería trabajar.




Ricardo Romero compartiendo plató con Lorenzo Milá.

     

     Sin existir el más mínimo interconocimiento previo hasta la fecha de la desaparición de Lourdes, Ricardo se interesó sobremanera por nuestra burbuja, publicando su primer artículo en su mencionada bitácora seis días después. Posteriormente, el continuo seguimiento que ha llevado del caso -sé que aún hubiese querido más, pero...- y su manera de hacer las cosas le hacen acreedor del más profundo respeto y admiración por parte de la Familia García Carreño. Anoche no podía dormir, así que, inspirado por el contenido de su artículo,  le dediqué parte de mi tiempo y de mi pensamiento. Y he aquí el resultado.



     "...Recuerdo como si fuera ayer mismo el momento en que conocí a Ricardo Romero. Era una soleada mañana de finales de octubre de aquel verano sin final de 2.009. Aquel día, la casa de la hermana de Lourdes, reconvertida en estudio televisivo, era un hervidero de medios de comunicación. Los cables de las unidades móviles se trenzaban por las escaleras. Los técnicos exibían sus tecnologías, a cual más complicada. Las reporteras se maquillaban y ensayaban sus artículos a solas frente a sus cámaras.
     
    Era la época en que yo llebava tres móviles en los bolsillos, y una agenda repleta de citas, de la cual posteriormente decidí prescindir. Como portavoz de la familia, mi jornada empezaba bien temprano. Normalmente solía despertarme la llamada de algún medio recordándome una conexión, una intervención radiofónica, o una entrevista ya pactada o por pactar; había unanimidad en las introducciones: “¿No te habré despertado..?” . “No, no te preocupes…”, solía mentir yo.
     
     Ricardo no fue de los primeros en ponerse en contacto conmigo. Más bien fue de los últimos. Pero para cuando lo hizo, ya había publicado tres entradas en su blog alusivas a Lourdes, y , en colaboración con su inseparable Clemente, había creado el grupo de apoyo en Facebook. Él no quiso nunca entrar en esa competencia, casi competición, a veces descarnada, que se formó entre los medios por llevar la noticia de la desaparición y cumplir así sus objetivos y, colateralmente, los nuestros.
    
     Un par de días antes recibí su llamada. En otra mañana soleada de finales de octubre, con otras reporteras y otros cables por las escaleras. En ese momento, tenía un directo para “Las mañanas de la primera” que urgía realizar. Cuando sonó uno de los móviles, los reporteros me instaron a que no lo cogiera… a veces solía atender estas indicaciones; sin embargo hice caso omiso y descolgué. Una voz grave e intensa me esperaba al otro lado del hertzio. Solemos formarnos una imagen infundada de los rasgos de una persona a travez de su declamación. A mí me pasó.
     
     Se identificó como corresponsal del ente público Radiotelevisión Española en la provincia de Almería, y siguió su discurso con pocas preguntas. Desde el primer momento supe que estaba hablando con alguien que en algo difería del resto de reporteros al uso; al menos en sus intereses. Creo que encontré en él un atisbo de sinceridad más allá de lo normal en estos casos. Me hablaba de comprensión, de solidaridad y sobre todo, de respeto. Creí lo que me estaba diciendo. Luego el tiempo me ha demostrado que no me equivocaba.
     
    Tras una inesperada y larga conversación, y entre avisos -por medio de dedos índices golpeando insistentemente esferas de relojes- de los reporteros para que cortase ésta cuanto antes, concertamos una cita incierta que se materializó dos días después.
     
     Esa mañana yo me encontraba totalmente desbordado, entre las ya mencionadas lianas de cobre y los grandes angulares. Ricardo subió las escaleras y, como corresponde a una situación estresante, yo no me apercibí de su presencia hasta que no lo tuve encima. Cuando se dio a conocer, recuerdo que me extrañó el escaso utillaje que portaba. Vino con su micrófono y su cámara, más bien exigua en comparación con lo que por allí pululaba. Logró abrirse paso entre compañeros y me realizó su entrevista, grabando algunos “recursos”, como se denomina en lenguaje periodístico a las imágenes que se ponen mientras el reportero habla solo. Luego vinieron otros reportajes, como el que sigue.



     
Reportaje del día 29 de octubre, realizado por Ricardo, en TVE.
     
     A partir de aquel día, Ricardo se ha convertido, exclusivamente por méritos propios, por su ética profesional y sus cualidades humanas, en un referente mediático de primer orden para la familia García Carreño. Nos ha aportado otra visión del tratamiento informativo de estos casos diferente – y, porqué no decirlo, mejor- a la que nos tenía acostumbrados hasta ese momento el maremágnum mediático, y algún que otro fantoche que por esas aguas nada.
  
     Podría seguir diciendo muchas más cosas acerca de lo que ha ocurrido después en las relaciones entre este informador y el objeto de la noticia. Han sido muchas las entrevistas privadas que hemos mantenido. Pero creo que ya me he extendido lo suficiente. Solo quisiera finalmente destacar el hecho de que, desobedeciendo determinados cánones de esta profesión, Ricardo se ha implicado en la noticia, hasta el punto que para nosotros ya forma, de alguna manera, parte de ella. Él sabe por qué ha querido hacerlo. Y esto ha sido así porque Ricardo, antes de ser periodista, es un ser humano. Es un gran ser humano, al que, humildemente, doy las gracias en representación de todo nuestro entorno, aunque sé que tú, Ricardo, no las vas a querer tomar..."

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno...realmente me he quedado sin palabras al leer la entrega que has realizado, Pedro.

Sabes, o mejor dicho, sabéis que no soy muy amigo de los "reconocimientos" y más cuando en este caso, en el de la desaparición de Lourdes, me he implicado todo lo que he podido, a nivel personal, y lo que me "han dejado", a nivel profesional. Creo que desde el principio ha habido un "feelling" especial con toda la familia, y eso os lo debo a vosotros. A todos. Esa lucha común por saber el paradero de Lourdes fue el motivo que me impulsó a "ayudar" de alguna forma, a unas personas que necesitaban ser ayudadas. He utilizado mis "herramientas" y mi pequeña aportación a través del Blog para informar y describir la desesperación que se instaló en la Familia García Carreño, desde el día en el que Lourdes desapareció. Una forma más de proyectar el caso a través de internet, para que se conociera la situación en todo el mundo y hacer partícipe a la sociedad de un drama familiar, que por desgracia, no es el primero, ni seguramente el último...

Por último, daros las gracias POR TODO. Por atenderme en momentos delicados para vosotros y por tratarme como uno más de los vuestros. Sabéis que os deseo lo mejor y os mando todo mi apoyo y cariño.
Besos y abrazos para toda la familia García Carreño.

R.Romero

maria dijo...

necesito comunicarme con el portavoz de la familia, pero en privado..

Pedro dijo...

Puede hacerlo por medio del correo electrónico, utilizando la pestaña CONTACTAR situada al comienzo del Blog. Muchas gracias por su interés.